Por lo general nos da miedo adoptar una mascota y preferimos adquirirla comprándola, pero el tener ese corazón altruista no sólo nos ayudará a nosotros como personas sino que también ayuda a la comunidad ya que habrá un perro menos que esté contaminando el ambiente, que pudiera llegar a producir lesiones a personas que transitan por donde él se encuentra, no por ser malo sino porque tenga miedo o esté tratando de conservar su territorio, o en el caso de las hembras, proteger a su camada. Ésta es una decisión que deberíamos tomar para controlar el problema creciente del perro callejero; adoptando de uno en uno, en un futuro muy cercano podría no haber perros callejeros ya que poco a poco se está asimilando esta responsabilidad, y adoptar a un perro callejero ayuda… y mucho.

Una mascota que es rescatada de la calle será una mascota agradecida, que después de haber tenido carencias ahora tiene un lugar en donde dormir y guarecerse de las inclemencias del tiempo, tendrá la oportunidad de tener qué comer, sin la necesidad de luchar por conseguir un bocado, con una dieta balanceada o de recuperación si fuera el caso, a través de un alimento balanceado Premium o Super Premium, y también tendrá una familia a la cual brindar su cariño desinteresado y al mismo tiempo brindarle protección, ya que podrá dar la vida en agradecimiento. Sin importar si es grande o chiquito, de pelo largo o corto, siempre será fiel e incondicional para su nuevo amo.

Por lo general, cuando se adopta a un perro callejero se trata de un perro ya formado y adulto, aunque también pudiera ser un cachorro abandonado, pero este perro adulto sabe cómo defenderse y cómo sobrevivir, de hecho es un sobreviviente desde el momento mismo que tuvo que aprender a cruzar una calle, a buscar un lugar en donde descansar y buscar su alimento.

Cuando adoptamos un perro de la calle que se ha ganado nuestra confianza, lo primero que debemos hacer es llevarlo con el médico veterinario para que realice una revisión completa de su estado físico y de salud. Lo más seguro es que esté parasitado y muy sucio por lo que un buen baño le vendrá de maravilla y una correcta desparasitación nos dará la seguridad de evitar la transmisión de alguna enfermedad que pueda llegar a transmitirnos o poner en riesgo la vida de nuestro nuevo amigo; de la misma forma aplicará sus vacunas para protegerlo de algunas enfermedades virales o bacterianas. Una vez que nosotros realicemos esto, podremos meterlo a casa tranquilamente.

Otros problemas que la gente piensa que pueden llegar a presentarse es que el perro pueda ensuciar la casa al hacer sus necesidades, y, casi lo puedo asegurar, miedo a que dañe los muebles, pero realmente hasta que adopten a uno se podrán dar cuenta de lo respetuosos y limpios que pueden llegar a ser estos perros que han sido adoptados y rescatados de la jungla de asfalto en la que vivimos.

En el caso de los gatos es más frecuente que sean abandonados a edades muy tempranas ya que la gente mala generalmente los mete en cajas de zapatos y los deja en cualquier lugar, desde banquetas, terrenos baldíos hasta en las clínicas veterinarias. Este hecho es realmente vergonzoso pero real. Un gato puede ser más fácil de adoptar que a un perro ya que por naturaleza son limpios. El tamaño no sería un impedimento para su adopción y, al igual que un perro, son agradecidos y entendidos, pero también deberemos seguir las mismas recomendaciones al adoptar a un minino. En cuanto a su alimentación, no hay de qué preocuparse hoy en día ya que existen alimentos Premium y Super Premium que son fáciles para servir y que nos ayudarán a tener una mascota sana y adecuadamente nutrida.

Ayudemos a que ya no haya mascotas sin dueño; adoptemos un perro o un gato, démosles una oportunidad.

“Una Mascota Sana es una Mascota Feliz”

Para más información únete a sus Redes Sociales:

Mascota Sana, Mascota Feliz

@mascotasanamascotafeliz

Fotos e información: Cortesía