La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que afecta en cómo el cuerpo convierte los alimentos en energía a través de la insulina permitiendo su absorción en sangre. Cuando este proceso no se lleva a cabo correctamente, ya sea por la falta de producción o resistencia a la insulina, los niveles de azúcar aumentan y a la larga, afecta a los vasos sanguíneos, el riñón, el corazón y a la piel.
De hecho, mantener niveles elevados de azúcar o no tener un control correcto de la enfermedad, predispone a la piel a infecciones; se estima que hasta el 30% de los pacientes diabéticos presentan alguna afección cutánea al inicio de la enfermedad, cuyos síntomas pueden calmarse con un buen control desde que son diagnosticados y con productos adecuados para el cuidado de la piel.
Entre las afecciones más comunes se encuentran:
Psoriasis. Esta enfermedad aparece cuando las células cutáneas se acumulan debido a que no existen un recambio correcto en la piel, provocando escamas, resequedad y comezón que pueden derivar en pequeñas lesiones que incluso sangran.
Piel seca. Uno de los síntomas principales de la piel seca es la descamación y esta aparece cuando nuestra dermis pierde mucha agua y aceite, provocando tirantez, endurecimiento y engrosamiento de la dermis.
Eritema palmar: El cual consiste en un enrojecimiento intenso en las palmas de las manos que puede generar picor.
Liquen plano. Protuberancias planas de color púrpura que pueden causar comezón.
Además, es de suma importancia cuidar los pies y mantenerlos humectados para evitar yagas, ampollas, resequedad y hongos entre los dedos.
¿Cómo cuidar la piel diabética?
No utilices jabón en barra. El jabón en barra genera un desbalance en el pH de la piel causando irritación, opta mejor por geles de ducha que estén desarrollados especialmente para pieles delicadas, sensibles, atópicas o reactivas. Elige aquellos que tengan glicerina vegetal en su formulación, ya que ayuda a mejorar la hidratación y humectación de la piel, brinda sensación calmante y debido a que atrae naturalmente el agua promueve la retención de humedad en la piel.
Seca de forma cuidadosa los pliegues de tu cuerpo. Si eres de los que utiliza la secadora de pelo para pies y manos, estás cometiendo un error gravísimo que podría multiplicar las bacterias y aumentar el riesgo de infecciones. Lo mejor es utilizar una toalla específicamente para zonas como manos, codos, dedos, pies y entrepierna para evitar que se mantengan humedecidas y sean ideales para la proliferación de hongos.
El talco va en el interior de tus zapatos, no en tus pies. Aplica talco en tus zapatos, esto evitará que el sudor humedezca de más tus pies. Si lo haces directamente en tu piel, podrías dejar atrapada humedad y propiciar hongos e infecciones.
Evita rascarte. Debido a los altos niveles de azúcar la piel se endurece y genera mucha comezón. Si te rascas, puedes generar heridas delicadas que tarden en cicatrizar e incluso se pueden infectar.
Utiliza crema humectante. Existen líneas especiales para pieles delicadas, sensibles e hiperreactivas como Sopharma pH5, línea que cuenta con productos especiales que son emolientes, de fácil aplicación y rápida absorción. La crema humectante no debe ser grasosa ni dejar brillo en la piel; el objetivo de este producto es crear una barrera invisible de protección que mantenga la piel sana.
El utilizar una crema adecuada para la piel diabética te ayudará a regenerar y reestablecer las defensas naturales de la piel dejándola suave, protegida, humectada e hidratada, con más elasticidad.
Mantén tus niveles de azúcar controlados. Los niveles de un diabético controlado consisten en mantener los niveles de glucosa antes de los alimentos entre 80 – 130 mg/dl y menor de 180 mg/dl dos horas después de los alimentos. El tener la hemoglobina glucosilada (A1c) menor a 6.5%, los niveles de triglicéridos menores a 150 mg/dl y el colesterol LDL menor de 100 mg/dl.
Utiliza calzado adecuado. Debes revisar tus pies diario y evitar zapatos incómodos; si te aprietan, te rozan, te lastiman o incluso sientes algo de incomodidad al caminar con ellos, no los utilices. Opta por aquellos que sean cerrados de material natural, suave y sin costuras internas, con suela de goma o antiderrapante y si quieres que tengan tacón, trata de que no pasen los 3 centímetros de altura.
Siguiendo estos consejos podrás tener una vida de calidad y cuidar tu piel de forma correcta. ¡Que tu única preocupación sea disfrutar la vida!
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