El cáncer de próstata es un tumor maligno que se origina en la glándula prostática. Más del 65% de todos los cánceres de próstata se diagnostican en hombres de más de 65 años.
Es una enfermedad silenciosa sobre todo en etapas iniciales, sin embargo, una persona puede tener síntomas secundarios al crecimiento prostático obstructivo sin tener cáncer de próstata. No obstante, es importante saber que molestias como: ardor para orinar, dificultad para el vaciamiento vesical, aumento en la frecuencia para orinar, fiebre, pujo o sangrado al orinar también son algunos síntomas que deber ser atendidos de inmediato por el urólogo ya que representan riesgo para la salud de los hombres y retardar la atención médica puede tener consecuencias graves en muchos casos.
Así, este padecimiento ocasiona aproximadamente 7,500 muertes al año. Alrededor del 60% de los casos de cáncer en México es detectado en etapas avanzadas. Esto ocurre en primer lugar porque no causa síntomas, con lo cual pasa mucho tiempo antes del diagnóstico, aunado a que no se tiene la cultura de prevención, debido a la poca disposición de los pacientes que no acuden a realizarse el tacto rectal y la determinación de antígeno prostático, elementos que sirven para la detección oportuna.
“Es una enfermedad que se presenta con mayor frecuencia, conforme va avanzando la edad y alrededor del 80% de pacientes mayores de 80 años pudieran llegar a desarrollarla, comentó el Dr. Samuel Rivera, oncólogo médico del Centro Médico ABC.
“Se calcula que 4 de cada 10 pacientes se diagnostican en etapas avanzadas, por lo que se recomienda que los hombres mayores a los 40 años, cuando tienen factores de riesgo, acudan a hacerse el tacto rectal y antígeno prostático para ser evaluado por un urólogo. Los pacientes que no tienen factores de riesgo pueden hacerlo después de los 45 o 50 años”, explicó el Dr. Rivera.
Entre los factores de riesgo se encuentran la edad, antecedentes de cáncer de próstata en familiares cercanos (padre y/o hermanos) y ser afrodescendiente. También influye el estilo de vida como la dieta alta en grasa, fumar y realzar poco ejercicio.
En cuanto a tratamiento, el especialista señala que afortunadamente el manejo del cáncer de próstata ha ido evolucionando de manera importante en los últimos años. De forma inicial, el paciente debe ser valorado por un urólogo, y cuando existe sospecha, lo ideal es que pueda ser evaluado por un equipo multidisciplinario donde participe el urólogo, oncólogo, radio oncólogo, equipo nutricional, psicólogo, entre otros especialistas, lo que ayuda a que las decisiones sean las más adecuadas, con lo cual se logra mayor impacto en la supervivencia.
“El abordaje que tenemos en el Centro Médico ABC cuenta con todo lo necesario para atender al paciente. En el caso de que la enfermedad sea de muy bajo riesgo, puede realizarse una prueba molecular que señala la posibilidad de que la enfermedad provoque repercusiones en el futuro, y si estas tienen una baja probabilidad en un paciente puede, incluso, dejarse en vigilancia”, señala el experto. Así mismo, en algunos casos en donde hay dificultad para el diagnóstico, se cuenta con herramientas como la resonancia multiparamétrica que nos da mayor precisión en el mismo en la enfermedad localizada, o el PET CT con el radiotrazador, PSMA, sobre todo para la enfermedad avanzada.
En pacientes que tienen una enfermedad de mayor riesgo, es decir con una etapa más avanzada, antígeno prostático más alto o una enfermedad más agresiva, el tratamiento puede ser con una o la combinación de las siguientes opciones, dependiendo de las características del padecimiento: radioterapia, cirugía de mínima invasión (robótica), tratamiento hormonal para bloquear a la testosterona, o terapia blanco molecular, inmunoterapia en algunos casos o radionúclidos, estas últimas, sobre todo cuando la enfermedad ha avanzado más allá de la glándula prostática y se ha hecho resistente al manejo hormonal.
El Dr. Samuel Rivera advierte que hay múltiples tratamientos que pueden ser útiles, lo importante es que las decisiones sean tomadas por los expertos dentro de un equipo multidisciplinario. Nuevamente, es importante remarcar que todo varón mayor a 45 años debe visitar por lo menos una vez al año a su urólogo y, en el caso de aquellos que tienen un familiar con esta enfermedad, deberán acudir desde los 40 años.
Finaliza comentando que no hay que tener temor si pensamos en cáncer, porque si se actúa a tiempo se tendrá una mayor oportunidad para superar la enfermedad, con altas probabilidades de curación, mejor calidad de vida y menores costos en la atención. Hay que acudir a revisiones médicas periódicas, porque eso hace la diferencia.
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Foto: clinicainternacional.com
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