Durante el acto inaugural de este seminario dirigido a medios de comunicación, la Dra. Nuria Marcos, directora Médica, Regulatoria y de Calidad de Lundbeck en México, Centroamérica y Países Andinos, afirmó que “no obstante que la salud mental es una necesidad básica del ser humano, el estigma hacia las enfermedades mentales, así como la falta de recursos, infraestructura hospitalaria, atención médica especializada y acceso al tratamiento adecuado, obstaculizan la integración de las personas a la sociedad.”
La salud mental es un fenómeno complejo determinado por múltiples factores sociales, ambientales, biológicos y psicológicos, e incluye padecimientos como la depresión, la ansiedad, la epilepsia, las demencias, la esquizofrenia, algunos de los cuales se han incrementado en los últimos tiempos. En México, un 18% de la población urbana en edad productiva (15 – 64 años) sufre algún trastorno del estado de ánimo, como depresión, ansiedad, demencia o fobia.
En su intervención, Sara Montero, directora de Lundbeck en México, Centroamérica y Países Andinos, advirtió que existe una brecha considerable entre las necesidades de atención de los trastornos mentales y los recursos disponibles, por lo que es necesario un aumento en la inversión en salud mental. “Alrededor del mundo se da muy poco apoyo a las personas con trastornos de salud mental. En promedio, sólo el 3% de los presupuestos de salud de los países se invierte en salud mental y en México sólo el 2.2% del gasto total en salud se asignó a salud mental en 2017.”[
Depresión, el trastorno del estado de ánimo más discapacitante
El Dr. Luis Daniel Alviso de la Serna, especialista en neuropsiquiatría, explicó que la depresión es un trastorno del estado de ánimo frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
“La depresión es un problema de salud serio”, advirtió el especialista. “Se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y más de 260 millones tienen trastornos de ansiedad. Más mujeres que hombres sufren depresión. En su forma más grave, la depresión puede llevar al suicidio. Y lo alarmante es que en el mundo se suicidan cerca de 800,000 personas cada año.”
En México, la depresión también es un problema importante de salud pública. Afecta a 15 de cada 100 habitantes y la cifra podría ser mayor porque algunas personas jamás han sido diagnosticadas y viven hasta 15 años sin saber que tienen esta afección. Asimismo, ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. La depresión tiene una alta coocurrencia con otros trastornos como la ansiedad y el consumo de sustancias, con importantes costos económicos y sociales.
“Este trastorno del estado de ánimo puede llegar a hacerse crónico y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. Cuando tiene carácter moderado o grave el paciente necesitará medicamentos y psicoterapia profesional”, explicó el Dr. Alviso.
Ante Covid-19 la depresión se ha exacerbado
El especialista, quien es miembro de Avalon Vinculación Médica en Salud Mental, subrayó que,
como resultado de la contingencia sanitaria derivada de la pandemia por COVID-19, nos enfrentaremos a una de las mayores crisis de salud mental de las que se tenga conocimiento en la historia. “Factores como el confinamiento, la falta de convivencia personal con familiares y amigos, miedo e incertidumbre, así como la pérdida de seres queridos, el empleo y la propia salud, han llevado a numerosas familias y personas a la catástrofe financiera y emocional.”
Estudios en diversos países han documentado un aumento de la depresión, la angustia y el consumo de alcohol entre la población. En México, de acuerdo con la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (ENCOVID-19), 27.3% de las personas mayores de 18 años han presentado síntomas depresivos y 32.4% síntomas severos de ansiedad.
Esquizofrenia, el problema de salud mental más estigmatizado
Durante su participación en este seminario, el Dr. Ricardo Saracco Álvarez, médico psiquiatra y Subdirector de Investigaciones Clínicas en el Instituto Nacional de Psiquiatría "Dr. Ramón de la Fuente Muñiz" (INPRFM), hizo hincapié en que “las personas que viven con esquizofrenia suelen sufrir estigmatización, discriminación y la violación de sus derechos humanos, tanto en instituciones de salud mental como en las comunidades. Esto puede limitar el acceso a la atención sanitaria general, la educación, la vivienda y el empleo.”
El especialista explicó que la esquizofrenia es una alteración en el funcionamiento cerebral. “Es un trastorno mental grave caracterizado por una distorsión del pensamiento, percepciones y emociones, así como del lenguaje, la conciencia propia y la conducta. Algunas de las experiencias más frecuentes son las alucinaciones (oír voces o ver cosas inexistentes) y los delirios (creencias erróneas y persistentes).”
En general, la esquizofrenia se asocia a una discapacidad considerable y puede afectar al desempeño educativo y laboral. En México, se calcula que más de 1 millón de personas viven con esquizofrenia.
Quitando estigmas de violencia
“Uno de los mitos más arraigados hacia la persona con esquizofrenia es que puede ser violenta y agresiva. La realidad es que el tratamiento adecuado y llevado con disciplina, brinda al paciente la posibilidad de estabilizarse y tener una vida casi normal”, señaló el especialista.
Las personas que padecen esquizofrenia necesitan recibir tratamiento durante toda la vida. Normalmente, el paciente requiere de una combinación de tratamientos farmacológicos, en este caso antipsicóticos, y también psicoterapia. “Cuanto antes reciba tratamiento, mayores serán las posibilidades de que responda bien y pueda recuperar sus niveles de funcionalidad anteriores”, señaló el Dr. Saracco.
El tratamiento sólo puede funcionar si se cumple como lo indica el profesional de la salud. Interrumpir o tomar de modo irregular el tratamiento farmacológico aumenta el riesgo de sufrir recaídas. La mayoría de los pacientes (8 de cada 10) presentará una recaída de la enfermedad entre los 6 meses y 2 años tras abandonar la mediación antipsicótica.
“Las consecuencias de las recaídas en la esquizofrenia pueden ser bastante serias: falta de independencia, pérdida de control y pérdida de capacidades. Además, las recaídas sucesivas suelen ser cada vez más graves y precisan más tiempo para su mejoría. Por este motivo, en los últimos años los nuevos enfoques científicos se han centrado en el desarrollo de formas de acción más prolongada para los antipsicóticos atípicos. El objetivo consiste en lograr que el tratamiento sea fácil de seguir y más cómodo para los pacientes”, señaló el Dr. Saracco.
El médico psiquiatra hizo hincapié en que “es importante que los familiares y cuidadores intenten incorporar al paciente a actividades sociales que le hagan salir de casa, animarle a disfrutar de sus hobbies y de su círculo de amigos. Recordemos que la persona con esquizofrenia no es agresiva cuando cumple adecuadamente su medicación. No hay motivo para sentir temor hacia ellos y hacerlos víctimas del aislamiento y la discriminación.”
Compromiso de Lundbeck con la salud mental de México
En la clausura del seminario, Sara Montero comentó que “en Lundbeck estamos comprometidos con la restauración de la salud mental para que cada persona tenga la mejor calidad de vida posible. Nuestra sólida herencia y extensa experiencia en neurociencia nos permiten brindar opciones terapéuticas innovadoras a las personas que viven con depresión y otras afecciones mentales. Trabajamos para mejorar el tratamiento, ampliar la aceptación social de las enfermedades mentales, y brindar soporte tanto a pacientes como a sus familiares y cuidadores.”
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