Según el estudio, un 63% de los mexicanos coincide en que no es necesario obligar a las empresas a respetar los cupos de género, una postura que refleja una desvalorización del papel de la mujer en los ámbitos laborales. A esto se suma que la mitad de los mexicanos encuestados reconoce las dificultades que enfrentan las mujeres para progresar en sus carreras debido a las tareas de cuidado de los hijos, una carga que sigue siendo desigual y recaída mayoritariamente sobre ellas.
Además, un 65% de los mexicanos cree que puede haber igualdad de género, incluso si las mujeres no son financieramente independientes. Esta creencia es compartida tanto por hombres como por mujeres, lo que pone en evidencia la normalización de la dependencia económica como una condición de desigualdad, un factor clave en la perpetuación de la violencia económica.
Por otro lado, el estudio muestra que un tercio de los encuestados considera que las mujeres manejan mejor el hogar, pero que los hombres dominan mejor los negocios. Estos puntos subrayan cómo los roles tradicionales de género siguen influyendo en la percepción y en las oportunidades reales que las mujeres tienen para alcanzar su independencia financiera.
La situación es desafiante si consideramos que las mujeres representan un 51.2% de la población total en México, pero que dos de cada diez mujeres (19.1%)1 han sido controladas o chantajeadas económicamente, despojadas de sus recursos o les han incumplido alguna responsabilidad económica. Aunque esta cifra muestra una leve disminución respecto a años anteriores (24.5% en 2011 y 20.9% en 2016), sigue siendo un reto garantizar la plena autonomía económica para las mujeres.
De acuerdo con Tania Pimentel, coach empresarial, fundadora y directora de Women Index, la independencia financiera no es un lujo, es un derecho. “Identificar las señales de violencia económica es el primer paso para romper el ciclo de control y abuso. Cuando se limita el acceso al dinero, se restringe la libertad y las oportunidades de una persona. Es fundamental reconocer que trabajar, administrar los propios recursos y tomar decisiones económicas sin miedo son pilares de una vida digna y autónoma", enfatiza.
En esta conmemoración tan significativa para las mujeres, Avon aborda la potencia femenina desde un nuevo punto de vista: las mujeres como guardianas de la cultura, de la cooperación, de la regeneración social.
“En Avon nos reconocemos como una marca que potencializa la necesidad de lo femenino, de ser protagonista y colectivamente, decidir su destino. Y hoy específicamente queremos abordar el impacto de la independencia financiera para tantas mujeres y las causas sociales que marcan o no la diferencia para muchas. La independencia económica de las mujeres es clave para su empoderamiento y para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria”, destaca Sara Peredo, directora de Reputación y Comunicación de Natura y Avon.
Es fundamental que trabajemos como sociedad para garantizar que las mujeres puedan acceder a oportunidades laborales y financieras igualitarias, sin que las cargas de cuidado o la dependencia económica se conviertan en barreras insalvables. Solo así podremos avanzar hacia una verdadera igualdad de género, en la que todas las personas, sin importar su género, tengan el poder de decidir sobre su vida y su bienestar económico.
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