De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se estima que en América Latina el 5% de la población adulta en edad productiva sufre algún tipo de depresión, siendo el trastorno mental que más afecta a la población y la principal causa de discapacidad a nivel mundial
La depresión, también denominada trastorno depresivo mayor, se manifiesta de muchas y diferentes maneras. Durante un episodio depresivo, las personas pueden experimentar tristeza, irritabilidad, sensación de vacío o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días. Además, se presentan otros síntomas como dificultad para concentrarse, falta de energía, autoestima baja, alteraciones del sueño y fluctuaciones en el peso.
“Aunque la depresión es más común entre las mujeres, la realidad es que no distingue edad, género, condición económica o nivel educativo y debe ser vista como una enfermedad que necesita de un diagnóstico y un tratamiento adecuado. Es importante que el padecimiento sea visto desde una óptima muy seria y reflexiva, ya que se puede convertir en un problema de salud serio”, comentó el Dr. Raúl Escamilla, psiquiatra especialista, médico especialista en Instituto Nacional de Psiquiatría.
Aunque en general los pacientes que sufren de depresión tienen una respuesta positiva al tratamiento, 1 de cada 3 personas no responde a los antidepresivos convencionales. A este grupo de personas se les considera resistentes al tratamiento (DRT). Para ser catalogados así, los pacientes con depresión mayor deben de haber dejado de responder a dos líneas de tratamiento, en dosis y en tiempo adecuado.
Según el estudio “Depresión resistente al tratamiento en América Latina” (TRAL)” desarrollado por Janssen, en Latinoamérica, el 29.1% padece DRT, confirmando que la enfermedad es altamente prevalente.
Si bien es cierto que no hay forma de anticipar qué personas que padecen depresión no responderán a su tratamiento, se ha observado que algunos grupos son más vulnerables que otros: las mujeres y los adultos mayores padecen DRT en porcentajes más elevados, por motivos tanto biológicos como psicológicos. Las personas que padecen ataques recurrentes de depresión graves o frecuentes también parecen ser más susceptibles. La salud general de una persona con depresión también puede afectar.
“Eliminemos los estigmas. una persona con depresión no es débil ni perezosa; es una persona que vive con una enfermedad que es más común de lo que imaginamos, pero que suele ser sub-diagnosticada y muchas veces no es tratada correctamente. Se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento”, concluyó el Dr. Escamilla.
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Fotos e información: Cortesía