La Unión Europea (UE) es uno de los más grandes productores de leche en el mundo, con una producción aproximada de 155 millones de toneladas al año. Alemania, Francia, Polonia, los Países Bajos, Italia y España abarcan un 70 % de la producción total en la UE. En marco del Día Mundial de la Leche —proclamado por la FAO con el fin de reconocer al sector lácteo y crear consciencia sobre la importancia de la leche como un alimento básico y relevante para la nutrición de las personas—, te compartimos información que muestra las razones por las que la leche europea es reconocida dentro y fuera del continente.
Empecemos con lo básico
El origen natural de la leche comienza con el suelo. La diversidad de climas de la UE da como resultado increíbles campos con excelentes tierras de pastoreo. Estos suelos son óptimos para cría de ganado como vacas, cabras, ovejas e incluso búfalos, pues su dieta se mantiene sana, lo que resulta en leche fresca y de la más alta calidad. Los ganaderos de la UE saben que los animales que viven bien brindan productos de mejor calidad. Por años, este conocimiento ha generado una robusta producción láctea tradicional que no solo abarca la leche, sino otros productos lácteos de gran calidad, como quesos, mantequilla y yogurt.
La clave es la inspección
Cada botella de leche representa el arduo trabajo que los productores de la UE llevan a cabo para garantizar la calidad, seguridad y autenticidad de sus productos. Por esto, la rastreabilidad podría ser uno de los principales factores que distinguen a los lácteos europeos. ¿Qué significa esto? La rastreabilidad es un proceso regulatorio que hace que todas las etapas de la producción, procesamiento y distribución de la leche sean identificables con el fin de brindar confianza al consumidor y garantizar que el producto que compra es seguro y no ocasionará efectos adversos.
Además, las regulaciones de la UE cuentan con normas específicas de higiene para los alimentos de origen animal. Los ganaderos de la UE cuidan del bienestar de todos los animales. Asimismo, existe un estricto control sobre el uso de antibióticos en animales de granja. Los transportistas se aseguran de que la leche esté en un ambiente frío que no supere los 6 °C y mantienen esta temperatura hasta que sea procesada y esté lista para que los consumidores puedan disfrutan un vaso de leche fresca.
En Europa, muchos productores cumplen estrictos estándares de producción para obtener la certificación oficial que les permita abastecer la alta demanda de alimentos orgánicos. La producción de leche en Europa sigue rigurosos criterios que garantizan su sabor y calidad. Para identificar y categorizar los productos orgánicos, los productores europeos utilizan una etiqueta con el logo que certifica que sus productos cuentan con un 95 % de ingredientes orgánicos. Esta etiqueta solo la pueden otorgar agencias y organismos de control autorizados.
Brillantes tradiciones europeas
Todos los países miembros de la UE tienen antiguas tradiciones lecheras. La leche puede provenir de una granja grande, de una pequeña cooperativa o incluso de una pequeña granja familiar; lo que las une es que cada una busca alcanzar la excelencia. Aquí dos ejemplos:
En Estonia hay una vasta comunidad de productores lácteos, algunos de los cuales siguen métodos de producción tradicionales, mientras que otros apuestan por la innovación. Piimaklaster, un colectivo estonio de lácteos que mejora el desempeño económico y la competencia global del sector a través del uso de tecnología que facilita y acelera los procesos de los productores —como avanzados biosensores para determinar la fase preclínica de la mastitis más rápidamente— y la recolección automatizada de registros clínicos bovinos las 24 horas del día, los siente días de la semana. Sin importar cómo sea la producción de la leche y lácteos, puedes tener por seguro que el proceso entero tiene como base la tecnología y sigue al pie de la letra las normativas de la Unión Europea.
En medio de las regiones italianas de Liguria y Emilia Romagna, hay un lugar espectacular llamado Val D’Aveto, en el que los productores lácteos usan técnicas ancestrales de la tradición campesina liguria, que ha sido reimaginada por los lecheros locales y adaptada a las tecnologías modernas. Los lecheros siguen estrictos procedimientos y procesos de control para garantizar el origen de la materia prima que utilizan para la producción. La autenticidad y calidad del producto siempre están presentes para mantener las propiedades nutricionales de la leche intactas. Asimismo, el bienestar de los animales es vital. Los productores promueven la sustentabilidad en las granjas de acuerdo con los estándares ambientales y de protección animal.
Estas historias son un ejemplo del conocimiento de los productores y del cuidado que se tiene para mantener el bienestar animal, y hay muchas más como estas a lo largo de la UE. Las antiguas tradiciones y las innovaciones en la producción de leche enriquecen la calidad de todos los productos lácteos, lo cual garantiza que los consumidores puedan disfrutar uno de los ingredientes favoritos de todo el mundo.
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Fotos e información: Cortesía