En promedio, un colchón de buena manufactura se debe cambiar al cabo de ocho o 10 años, sin embargo, “generalmente se triplica su uso, y hay caso de quienes incluso lo heredan, sin darse cuenta de que los materiales se han desgastado lo suficiente como para no ofrecer el descanso que se necesita”, dice Shane McDonnell, director general de Tempur-Sealy México.