Durante los últimos años, el mezcal ha experimentado un crecimiento vertiginoso en su producción, impulsado en parte por la creciente popularidad de esta bebida ancestral. Sin embargo, este aumento en la demanda ha generado un desafío para la preservación de los mezcales tradicionales, cuyo proceso artesanal se ve amenazado por la necesidad de satisfacer un mercado en expansión.