Un origen milenario
Las primeras galletas se cree que fueron elaboradas hace 10 mil años por nuestros antepasados nómadas, quienes buscaban un alimento fácil de transportar, que resistiera largos trayectos y que además les aportara la energía suficiente para continuar con su camino. Fue así que se dieron cuenta que cuando una pasta de cereales entraba en contacto con temperaturas muy elevadas, ésta adquiría una consistencia similar al pan sin levadura.
Muchas culturas de la edad antigua como la persa, la egipcia, la griega y la romana adoptaron este alimento y perfeccionaron su forma de preparación, convirtiéndola en el acompañante ideal para marineros y militares que pasaban la gran mayoría de su tiempo viajando, sin embargo también era un componente esencial en las mesas de los campesinos por su fácil elaboración. Las galletas de esa época eran muy sencillas y consistían de obleas redondas planas y duras que eran cocidas por ambos lados, de ahí que en el siglo III el chef Apicius de Roma les diera el nombre de Bis Coctum (la dos veces cocida) que posteriormente derivó en la palabra biscuit, palabra usada actualmente en el inglés.
Dulzura y variedad
Durante la Edad Media, la población creció rápidamente y las galletas se popularizaron en todo el continente europeo. Se le agregó huevo y jugo de carne para convertirla en un alimento más nutritivo y posteriormente, y con menos frecuencia, azúcar traída por los persas al Occidente, donde siguió estando muy presente en los navíos que realizaban largas expediciones en busca de nuevas tierras y rutas. De hecho su llegada al continente americano se dice que fue de la mano de las tres carabelas que acompañaron a Cristóbal Colón en su descubrimiento.
El estatus de dulce y elegante le fue otorgado gracias a que durante el Renacimiento los Medici la empezaron a servir en la Corte para acompañar bebidas calientes como el chocolate, que recién había llegado a Europa. Fue durante esta época cuando surgieron diferentes variedades de sabores y preparaciones, como las galletas rellenas, con miel, saladas, etc. Su nombre se originó en el S. XIII en Francia de una especie de crepa redonda llamada “galette”.
La modernización de las galletas
Aunque al principio la elaboración de las galletas era artesanal en pequeños establecimientos, con la llegada de la industrialización en los siglos XVIII y XIX aumentó su producción en masa. Los precios más bajos de las harinas y las levaduras permitieron que fueran un alimento más asequible y llegaran a todas partes, incluidas las colonias en América.
En el siglo XX se popularizaron nuevos sabores que hasta el día de hoy son los favoritos de muchos, uno de ellos fue la famosa galleta con chispas de chocolate, creada en 1930 por la estadounidense Ruth Graves Wakefield bajo el nombre de “Toll House chocolate crunch cookie”. Hoy en día existen una gran variedad de ingredientes para las galletas, como nueces, chocolate blanco, pasas, queso, entre muchas otras.
Desde Subway sabemos que existe una galleta para cada tipo de persona, siendo el complemento perfecto después de una comida rica y nutritiva. Ya sea la clásica de chispas con chocolate, la de doble chocolate, la de nuez o la de arándano, cada una siempre encuentra un lugar especial en los gustos de todos nuestros invitados, lo que convierte a Subway en la cadena de restaurantes que más galletas vende en el mundo.. De igual forma las galletas edición limitada por temporada como la de manzana canela deleita a aquellos que la eligen como postre en la época navideña. Incluso una galleta puede impactar positivamente en la sociedad como la más reciente galleta rosa de fresa con chispas hecha para apoyar la lucha contra el cáncer de mama.
Las galletas son el placer que nuestros invitados no pueden dejar pasar, un apapacho que los acompaña cuando lo necesitan. Éstas han estado presentes en toda la historia culinaria de la humanidad y por eso hoy celebramos su importancia y legado que endulza día a día los paladares y corazones de mucha gente alrededor de todo el mundo.
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