Con el final del invierno nuestras costumbres se modifican: dejamos atrás la ropa de abrigo, buscamos estar más al aire libre y nuestro antojo por comidas y bebidas se inclina por lo más fresco. Sin duda, aquí es donde los vinos blancos y rosados tienen su momento para brillar, pues sus sabores afrutados se revelan cuando los enfriamos correctamente.
Pero no es una cuestión de guardar el vino tinto y no sacarlo hasta otoño. Aunque los blancos y rosados figurarán más que en ninguna otra temporada, siempre hay espacio para un buen tinto: ligero si deseamos refrescarnos, o más complejo si la comida que probaremos amerita un vino con mayor intensidad.
En resumen, el mejor vino es el que te hace disfrutar más la experiencia. Y estos son mis consejos para que tengas un buen vino en esos momentos de disfrute que tendrás durante primavera.
Cómo elegir un vino tinto en primavera
Los tintos recomendados para beber en esta temporada son vinos jóvenes, ligeros y frutales; de cuerpo medio y fluidos en boca. Pero el factor de los alimentos está muy presente: aunque abundan los platillos frescos y del mar, siempre surge una invitación a una carne asada donde seguro querrás un tinto con más cuerpo que acompañe cortes, quesos o pastas.
De Bodegas Domecq te recomiendo el Reserva Real que nos permite internarnos en la unicidad y tipicidad de Mexico gracias a la uva Syrah: es un vino para quien le gusta explorar y crecer con estos descubrimientos.
La gastronomía de primavera
Desde marzo y hasta junio podemos encontrar una gran variedad de frutas y verduras de temporada, así como pescados típicos de la época. La Semana Santa mantiene la tradición de consumir menos carne roja y el calor nos antoja mariscos, ensaladas y platos a temperatura ambiente.
Los vinos blancos ligeros están libres de taninos y hacen la función cítrica del limón cuando se combinan con ingredientes del mar, mi recomendación es probar blancos ligeros en platos ligeros, e incrementar la complejidad del vino con platillos más elaborados.
Los llamados pescados magros (lubina, lenguado, perca, etc.) poseen un contenido graso muy bajo y son fáciles de digerir. Para ellos un vino sutil y delicado, pero de buena acidez, encaja a la perfección.
Los pescados semi grasos (trucha, mero, bacalao, etc.) apaciguan el sabor del vino, por lo que recomiendo un vino blanco de cuerpo medio, frutal y aromático. Hasta un tinto joven podría combinar muy bien.
Los pescados grasos (salmón, atún, pez espada, etc.) pueden alcanzar hasta un 10% en grasa, por lo que necesitan blancos con mucho sabor y cuerpo, así como tintos jóvenes.
Para los mariscos el vino para acompañarlo depende mucho de su salinidad y cómo se prepara. Por ejemplo, una langosta o un bogavante con salsas a base de mantequilla, le van bien blancos elaborados con uva Chardonnay, con cierta complejidad de madera. A los crustáceos se les combinan bien con blancos más aromáticos y afrutados; y hasta ciertos tintos ácidos.
Las ostras por tradición se acompañan con espumosos secos, rosados y tintos jóvenes. El pulpo en preparaciones como a la gallega resaltará con blancos, rosados o tintos jóvenes. Si decides freírlo en la parrilla, un blanco más complejo le quedará perfecto.
De Bodegas Domecq te recomiendo definitivamente una de nuestras joyas: Chateau Domecq Blanco: un vino que combina el Chardonnay (la cremosidad platicada anteriormente) y la frescura del Viognier. Es toda una experiencia, y la vez uno de los vinos que más reconocimientos internacionales acumula.
Para algo más ligero y sin necesidad de comida, ¡el XA Blanc de Blancs es la opción! Un vino ideal para cualquier momento, sin pretensiones, para disfrutar del ahora.
Disfruta la primavera a tu modo
Esta primavera es atípica, pero podemos aprovechar mucho de ella sin tener que hacer planes que impliquen trasladarnos lejos o relacionarnos con mucha gente.
Te propongo mantener un par de Chateau Domecq Blanco listos para enfriar y hacerte un espacio para servirte una copa mientras cocinas o para una sobremesa en familia.
Es más, una copa después del baño puede aligerar cualquier día, por muy pesado que haya sido.
Si deseas salir, un pic nic en la naturaleza funciona a la perfección con la temporada y la situación actual. Llévate un Chateau Domecq Blanco para comer una ensalada verde, fresas y uvas; y un Chateau Domecq Tinto para acompañar una selección de carnes frías, aceitunas o una tabla de quesos.
Disfruta esta temporada que llega con muchos sabores que valen la pena experimentar. La naturaleza reinicia su ciclo de vida y eso siempre es motivo de celebración.
Alberto Verdeja
WineMaker Bodega Domecq
Fotos e información: Cortesía