A las 9 en punto, las luces se apagaron y arrancó la locura con Opeth. Los suecos se rifaron con una mezcla brutal de riffs pesados, baterías demoledoras y momentos melódicos que nos llevaron por un viaje sonoro de contrastes. Temas como “§1” y “Master’s Apprentices” marcaron la pauta de una noche intensa y poderosa.
Pero el verdadero rugido vino después: Judas Priest salió al escenario y encendió el lugar desde el primer acorde. Con más de 50 años de historia, los británicos demostraron por qué son leyendas vivientes del heavy metal. Abrieron con su más reciente sencillo “Invincible Shield” y no tardaron en desatar la euforia con clásicos como “You’ve Got Another Thing Comin’”, que puso a todos a cantar, brincar y olvidarse del mundo.
Ambas bandas entregaron lo mejor de sí y nos regalaron una velada que se quedará grabada en la memoria (y en los oídos) de todos los que estuvimos ahí. ¡Larga vida al metal!
Por: Angie García
Fotos: Cortesía