Es frecuente que a los niños pequeños las tormentas les causen temor, ya sea por los truenos, el viento y en ocasiones por los apagones que causan. Dichos miedos pueden perdurar en los adultos, pero hay personas a quienes una sencilla llovizna también les causa gran ansiedad, pues por increíble que parezca, este fenómeno climático tan común puede desatarles complejas crisis asmáticas.