Con su inagotable encanto, el oso de peluche se ha vuelto icónico en la vida de chicos y grandes. En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, viven casi 39 millones de niñas, niños y adolescentes, para los que estos personajes juegan un papel muy importante ya que tienen una carga emocional alta y brindan seguridad y confort como objeto transicional.